"Una de mis primas mayores padece el síndrome
de Rett. Es un síndrome prácticamente desconocido, minoritario y que afecta
solo a niñas. Mi prima tiene 26 años y, por lo que me han contado mis propios
tíos y otros familiares, nació aparentemente bien y tuvo un desarrollo
totalmente normal hasta llegado el año y medio, en el que, por ejemplo, se
dieron cuenta que tenía dificultades serias para poder andar y a partir de ahí
empezaron a hacerle diversas pruebas hasta que dieron con su problema. Hasta
entonces, mi prima actuaba y jugaba como cualquier otro bebé de su edad: se
reía a carcajadas, iba en triciclo, jugaba con muñecas, sonreía, realizaba
gestos cariñosos y caricias, etc…
A medida que íbamos creciendo, yo pude ser
testigo directo (sin poder comprenderlo, porque yo era una niña) de que su
desarrollo iba en retroceso: recuerdo que cuando ella tenía 8 años podía andar
perfectamente y de manera ligera con la ayuda de un adulto, sonreía y reía a
cualquiera de nosotros e incluso podía llegar a articular algunas palabras,
pero con el paso de los años esa dependencia fue aumentando de manera
progresiva y complicándose con otras enfermedades como, en su caso, la
epilepsia.
Hoy en día, mi prima va en silla de ruedas y
necesita atenciones y cuidados constantes. Es una niña totalmente dependiente
de mis tíos y de mi otra prima, su hermana. Mis tíos y mis primas tuvieron que
cambiarse de domicilio para vivir en un edificio acondicionado para su movilidad
(con rampas y ascensores amplios).
Mi prima es muy fuerte y tiene unas ganas de
vivir tremendas, prueba de ello fue que, hace cinco años, tuvo una complicación
muy seria con una neumonía y estuvo a un paso de perder la vida. Ningún médico
nos dio esperanzas de que fuera a sobrevivir, habiendo entrado en un coma
profundo… pero contra todo pronóstico salió adelante y hoy en día sigue
alegrándonos a todos. Creo en ello: el amor lo puede todo y, aunque ella no nos
pueda explicar verbalmente qué es lo que siente, percibe todo el amor que le
damos y nos lo devuelve, simplemente con su presencia, con sus miradas y estando
con nosotros."
Desde las administradoras del blog agradecemos a Encarna su relato, puesto que pensamos que es interesante ver como una persona nos narra su experiencia con el síndrome, pensamos que no es nada fácil y como ella dice y como llevamos mantiendo férreamente durante todo el blog la mejor medicina para combatir este síndrome es el amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario