martes, 31 de enero de 2012

El ejercicio físico y mental mejora la discapacidad mental genética

Científicos australianos han demostrado que el ejercicio físico y mental puede mejorar la coordinación y los problemas de movilidad en el Síndrome de Rett, un devastador desorden genético del desarrollo cerebral que principalmente afecta a mujeres.
Usando un modelo de ratón de síndrome de Rett desarrollado por el Children's Medical Research Institute en Sidney, investigadores del Howard Florey Institute en Melbourne encontraron que los ratones respondían positivamente a los efectos del enriquecimiento del entorno.
El Profesor Anthony Hannan del Instituto Howeard Florey dijo que el comienzo y la severidad de los problemas de coordinación y del movimiento fueron reducidos dando al ratón Rett una serie de laberintos, juguetes y ejercicios para estimularlos mental y físicamente.
“Mari Kondo en mi laboratorio descubrió que el enriquecimiento del entorno mejoró significativamente la habilidad de los ratones Rett para aprender y mantener tareas que requieren movimientos coordinados” dijo el profesor Hannan.
“Asimismo encontramos que un componente químico del cerebro llamado BDNF, el cual juega un rol en el nacimiento y la supervivencia de nuevas neuronas así como modificando conexiones en el cerebro, se encontraba en niveles similares tanto en ratones normales como en ratones Rett estimulados.”
“El ratón Rett que no recibió enriquecimiento del entorno tenía niveles menores de BDNF y se desarrollaba peor en el movimiento y las tareas de coordinación”.
“El descubrimiento demuestra que las interacciones gen-entorno pueden ser importantes para todas las enfermedades cerebrales, incluyendo aquellas causadas por la mutación heredada de un gen”.
“El siguiente paso para nosotros es buscar los efectos del enriquecimiento del entorno que afectan a la ansiedad y la cognición, ya que estos son problemas comunes en el síndrome de Rett” dijo.
El desarrollador del modelo de ratón Rett, el profesor Patrick Tam del Children´s Medical Research Institute, dijo que durante los últimos siete años su equipo de investigación, y especialmente el Doctor Gregory Pelka, han estado investigando la genética del síndrome de Rett.


Entrevista a Josele padre de María, niña afectada por el síndrome de Rett

Querríamos que nos explicara un poco la sintomatología que padecen las niñas afectadas por este síndrome para que nos hagamos una idea de lo que conlleva tener una hija con este trastorno...
Bueno, las niñas Rett, son niñas que sufren multitud de patologías, tanto físicas, como psíquicas, sin embargo y teniendo en cuenta que cada niña tiene una afectación diferente, en términos generales, son niñas que no utilizan sus manos para nada, salvo  para metérselas en la boca, mordérselas, etc., los pies suelen en la mayoría de los casos, como María, tener el “pie equino” malformación que se produce por acortamiento del tendón de Aquiles, la mayoría no andan, casi todas no hablan, sufren crisis de varios tipos, epilépticas, de ausencia, apneas, a veces es tremendamente difícil hasta a ojos de un especialista discriminar una de otra. Necesitan ayuda para  todo, hasta incluso como María para respirar.

¿Cuándo empezó usted a sospechar que su hija podía tener algún problema? ¿Cuáles fueron las primeras señales de alarma y cómo llegó al diagnóstico del síndrome de Rett?
Esta pregunta es un tanto compleja, comenzamos a sospechar que algo no iba bien cuando María empezó a andar y a soltarse, y pasaron unos meses y seguía igual. Poco después dejo de hablar, y lo más duro, dejo de mostrar gratitud ante nosotros, y ante sus seres queridos, comenzó a autolesionarse, y sobre todo, dejó de dormir, lo hacía como máximo unas 2 horas al día, el resto chillaba desconsoladamente.
Conseguir un diagnóstico, es algo que nos costó aproximadamente un año y medio, tal vez mucho tiempo, pero poco, si lo comparamos con que seguro existen niñas Rett que no están diagnosticadas como tal, y están catalogadas como autistas, o ….
Este periodo de tiempo nos fue muy traumático, porque no sólo teníamos a María con estos síntomas, sino porque no sabíamos que le pasaba a nuestra hija, esa misma que meses antes habíamos visto correr por el parque y jugar con otros niños, ahora teníamos la incertidumbre más cruel, no saber que le estaba pasando.

¿Qué cuidados y atenciones especiales precisa una niña con esta enfermedad?
 Los cuidados que precisa María son una atención continua, y vigilancia constante, cualquier enfermedad común, para ella se puede convertir en una enfermedad grave, cualquier resfriado, le cuesta meses su recuperación, esto nos hace una idea de la fragilidad de una niña Rett. Las crisis hay que tenerlas muy controladas, pues eliminarlas no nos es posible, hay que recordar que no existe tratamiento para esta patología, por lo que los fármacos que se suministran son fruto de  muchas pruebas, y que no controlan en su totalidad estos episodios.

¿Qué tipo de tratamiento tiene que seguir su hija? ¿Realiza fisioterapia?
El tratamiento de una niña Rett  es a mi juicio tener la mayor calidad de vida posible, que su discapacidad no le impida querer, sentir, entretenerse, y disfrutar de la vida exactamente igual que lo haría cualquier niño, creo que este es, con diferencia la mejor terapia, evidentemente sin dejar de lado, fisioterapia, tratamiento y control de sus crisis, estimulación, en definitiva lo que cualquier niño con una alta discapacidad  pueda necesitar.

¿Qué ha significado para usted y su familia el hecho de que su hija se vea afectada por el síndrome de Rett?
Esta pregunta no sé si seré capaz de contestarla de manera acertada, pues no sé cómo podría ser nuestra vida sin esta enfermedad, ya que no se puede describir algo que no se vive, sin embargo María es así, y tenemos el deber de aprender a vivir con este condicionante e intentar que esto no nos impida tener una vida familiar lo más normalizada posible. Por un lado hemos vivido la peor experiencia que le puede pasar a alguien, ver como tu hija sufre un deterioro grave de su salud, sin que puedas hacer nada por impedirlo, pero  por otro lado hemos vivido grandes experiencias, y conocido a grandes personas, gentes anónimas que sin esperar nada a cambio realizan  gestos propios de héroes en pro de la felicidad de María, personas que con su trabajo,  con su esfuerzo, con su  tiempo hacen que nos sintamos respaldados, animados, y que nos transmiten esa fuerza necesaria para poder llevar un día a día que a veces resulta muy complicado. 

¿Cómo dificulta la convivencia la irrupción de esta enfermedad en una familia? Hablo también de las repercusiones en el trabajo, las relaciones  con los amigos…. con la pareja…
Que nos  suceda algo así, creo que nos hace ver la vida desde otra perspectiva, nuestra escala de valores se ve gratamente alterada, y le damos importancia a algo sencillo, aunque para otros ojos pueda resultar superfluo. En el trabajo, afortunadamente, hoy por hoy tengo la suerte de conservarlo, y de disponer de los permisos necesarios para todo lo que concierne a la salud de María, lo que doy gracias, pues esto es importante. Los amigos, la familia, la pareja, creo sinceramente que esto hace afianzar si cabe aun más estas relaciones sociales blindándolas de manera especial en todos los sentidos.

Sabemos que a día de hoy, por desgracia,  aun no existe una cura para esta problemática. No sé si podría decirnos cuál es la actual situación, en qué estado nos encontramos en el largo camino de hallar una solución definitiva…
Es difícil, pues a esta cuestión la respondería mejor un investigador, genetista, etc. Si que recientemente se ha conseguido invertir esta enfermedad en ratones, y que según los últimos estudios, las neuronas de María  y de las niñas Rett, no están muertas, si no paradas, por lo  que en un futuro podrían estimularse de nuevo. Este dato y otros muchos nos hacen pensar que la esperanza existe, y que pasa por la investigación, sin ésta no hay curación posible, a mi como padre me gustaría pensar que pronto podríamos tener un tratamiento especifico, pero…

Cómo anteriormente comentábamos, el ratio de incidéncia de este síndrome es bastante minoritario. ¿Cree que es su principal hándicap de cara a ser más visibles ante la sociedad, incluso también para que la comunidad científica invierta más esfuerzos en la búsqueda de una solución…?
Sin duda el Síndrome de Rett no lo conoce nadie, cuando María era más pequeña,  al llegar al médico y  decirle que “esta niña tiene Síndrome de Rett” y que literalmente escribiera S. de Red, ya nos daba una idea del conocimiento de esta patología. Hoy afortunadamente, ya hace mucho que no  vemos algo así, y creo que todos en mayor o menor medida tenemos una grata culpa de esto. Si mañana una persona altamente mediática tuviese una  niña Rett, posiblemente cambiase la cosa…

¿El apoyo institucional que reciben es, en su opinión adecuado?  Partiendo de la premisa que siempre se puede hacer más... 
El apoyo institucional está desgraciadamente  sufriendo un retraso de muchos años, poco a poco se van moviendo, pero todavía a fecha de hoy no dejamos de sorprendernos. Se ha avanzado mucho, pero aun existen muchas situaciones que nosotros, los padres, los afectados, no deberíamos de vivir, debería de estar canalizado de manera eficaz para que  no tuviéramos que andar siempre justificando y demostrando lo que cae por su propio peso. Aun nos queda mucho camino por recorrer, tanto institucionalmente, como socialmente…

domingo, 29 de enero de 2012

Relato personal con el síndrome de Rett

Encarnación Hernández Alba, de 23 años, residente en Valéncia y Pedagoga de profesión nos cuenta su experiencia con el síndrome de Rett, puesto que le ha tocado convivir con él, debido a que esta enfermedad la padece una pariente cercana, a continuación os dejamos el interesantísimo relato.


"Una de mis primas mayores padece el síndrome de Rett. Es un síndrome prácticamente desconocido, minoritario y que afecta solo a niñas. Mi prima tiene 26 años y, por lo que me han contado mis propios tíos y otros familiares, nació aparentemente bien y tuvo un desarrollo totalmente normal hasta llegado el año y medio, en el que, por ejemplo, se dieron cuenta que tenía dificultades serias para poder andar y a partir de ahí empezaron a hacerle diversas pruebas hasta que dieron con su problema. Hasta entonces, mi prima actuaba y jugaba como cualquier otro bebé de su edad: se reía a carcajadas, iba en triciclo, jugaba con muñecas, sonreía, realizaba gestos cariñosos y caricias, etc…
A medida que íbamos creciendo, yo pude ser testigo directo (sin poder comprenderlo, porque yo era una niña) de que su desarrollo iba en retroceso: recuerdo que cuando ella tenía 8 años podía andar perfectamente y de manera ligera con la ayuda de un adulto, sonreía y reía a cualquiera de nosotros e incluso podía llegar a articular algunas palabras, pero con el paso de los años esa dependencia fue aumentando de manera progresiva y complicándose con otras enfermedades como, en su caso, la epilepsia.
Hoy en día, mi prima va en silla de ruedas y necesita atenciones y cuidados constantes. Es una niña totalmente dependiente de mis tíos y de mi otra prima, su hermana. Mis tíos y mis primas tuvieron que cambiarse de domicilio para vivir en un edificio acondicionado para su movilidad (con rampas y ascensores amplios).
Mi prima es muy fuerte y tiene unas ganas de vivir tremendas, prueba de ello fue que, hace cinco años, tuvo una complicación muy seria con una neumonía y estuvo a un paso de perder la vida. Ningún médico nos dio esperanzas de que fuera a sobrevivir, habiendo entrado en un coma profundo… pero contra todo pronóstico salió adelante y hoy en día sigue alegrándonos a todos. Creo en ello: el amor lo puede todo y, aunque ella no nos pueda explicar verbalmente qué es lo que siente, percibe todo el amor que le damos y nos lo devuelve, simplemente con su presencia, con sus miradas y estando con nosotros."

Desde las administradoras del blog agradecemos a Encarna su relato, puesto que pensamos que es interesante ver como una persona nos narra su experiencia con el síndrome, pensamos que no es nada fácil y como ella dice y como llevamos mantiendo férreamente durante todo el blog la mejor medicina para combatir este síndrome es el amor.

Yo no soy raro, la rara es la enfermedad



Investigaciones sobre el síndrome


Dentro del gobierno federal, el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS por su sigla en inglés) y el Instituto Nacional de la Salud Infantil y el Desarrollo Humano (NICHD), dos de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), apoyan la investigación clínica y básica del síndrome de Rett. Es necesario entender la causa de este trastorno para desarrollar nuevas terapias que permitan manejar síntomas específicos, así como para proveer mejores métodos de diagnóstico. El descubrimiento del gen del síndrome de Rett en 1999 ha servido de base para otros estudios genéticos y ha permitido el uso de modelos animales recientemente desarrollados, tales como los ratones transgénicos.
Un estudio patrocinado por el NINDS está investigando mutaciones en el gen MECP2 en individuos que padecen del síndrome de Rett para descubrir cómo funciona la proteína MeCP2. La información proveniente de este estudio incrementará el entendimiento de dicho trastorno y podrá hacer posibles nuevas terapias.
Los científicos saben que la carencia de una proteína MeCP2 que funcione correctamente causa problema en el estrictamente regulado patrón de desarrollo, pero se desconocen los mecanismos exactos por los que esto ocurre. Los investigadores también están intentando encontrar otras mutaciones genéticas que puedan causar el síndrome de Rett y otros interruptores genéticos que funcionan de manera similar a la proteína MeCP2. Una vez que descubran cómo funciona la proteína y logren conseguir interruptores similares, podrán crear las terapias que puedan reemplazar al interruptor que funciona incorrectamente. Otro resultado pudiera involucrar la manipulación de otras rutas bioquímicas para sustituir el gen MECP2 que funciona incorrectamente, previniendo así la progresión del trastorno.

Pronóstico


A pesar de las dificultades que acarrean los síntomas, la mayoría de los individuos que padecen del síndrome de Rett continúan viviendo bien hasta la edad adulta o mayor. Debido a que el trastorno es poco común, se sabe muy poco sobre la esperanza de vida y la prognosis a largo plazo. A pesar de que se estima que hay muchas mujeres de edad mediana (entre 40 y 50 años) que padecen este trastorno, no se han estudiado suficientes mujeres para llevar a cabo estimados confiables sobre la esperanza de vida más allá de la edad de 40 años.
La evolución y la gravedad del síndrome de Rett varían de individuo a individuo. Algunas niñas presentan un trastorno congénito (antes o durante el nacimiento), mientras que otras pueden presentar una regresión tardía o síntomas más leves.
Debido a que las niñas poseen dos copias del cromosoma X y necesitan solamente una copia en funcionamiento para generar la información genética, desactivan el cromosoma X adicional en un proceso llamado desactivación del cromosoma X. Este proceso ocurre al azar para que cada célula posea un cromosoma X activo. La gravedad del síndrome de Rett en las niñas es una función del porcentaje de las células que poseen una copia normal del gen MECP2 después de que ocurre la desactivación del cromosoma X: si la desactivación del cromosoma X inhibe al cromosoma X que porta el gen defectuoso en una gran cantidad de células, los síntomas tienden a ser más leves, pero si un porcentaje más grande de células posee el cromosoma X sano desactivado, el inicio del trastorno puede ocurrir antes y los síntomas pueden ser más graves.

Epidemología

El síndrome de Rett afecta a uno de cada 10.000 a 15.000 niñas. Ocurre en todos los grupos raciales y étnicos a nivel mundial. Afecta en su mayoría a mujeres. Existen exámenes prenatales disponibles para las familias que tengan una hija en la que se haya identificado una mutación de tipo MECP2.

Debido a que el trastorno ocurre espontáneamente en la mayoría de las individuos afectadas, el riesgo de que una familia tenga una segunda niña con el trastorno es de menos del 1 por ciento.